¿Por qué perdimos la guerra? Diego Abad de Santillan y Luis Galindo. [Documental 1977]



 
Valiosísimo y antiquísimo documental producido en España poco tiempo después de la muerte de Franco, que muestra con imágenes de la época, el desarrollo de la guerra civil española y por qué el bando republicano perdió la guerra.

Dirigido por Luis Galindo, guión de Diego Abad de Santillán.
 
Intervienen: Diego Abad de Santillan, Juan Manuel Molina, José Garcia Pradas, Fernando Collado, Eduardo Val y otros...
 
Diego Abad de Santillán
 

Abad de Santillán, Diego (a) de Silesio García Fernández, militante, teórico, escritor, periodista y activo traductor de Bakunin y de otros pensadores anarquistas (Reyero, León, 1897-Barcelona, 1983). Sobresalió como intelectual y hombre de acción en Argentina y en España, donde fue uno de los pocos ideólogos de primera fila de su época con esa olvidada intervención en la crisis de la CNT desde los años del terrorismo hasta la guerra civil (Antonio Elorza).

A los ocho años de edad, a consecuencia de la crisis agrícola que asolaba la comarca en la que vivía, se traslada con su familia a Argentina, donde permanece hasta 1913, año en que emprende el regreso a su pueblo. Estudia el Bachillerato y después se marcha a Madrid donde se matricula en Filosofía y Letras. Frecuenta las clases de algunos de los profesores más notables del momento (Ramón y Cajal, Altamira, Ortega y Gasset, Asín Palacios, Besteiro), y las principales bibliotecas de la capital.
 
Producto de este afán cultural son dos libros: El derecho de España a la revolución, y Psicología del pueblo español. Para esquivar las responsabilidades judiciales del primero, comienza a utilizar el seudónimo con el que será famoso. Participa activamente en la crisis revolucionaria de 1917: "Por la inquietud, el desasosiego y la búsqueda propia de la edad juvenil, habíamos intentando por cuenta propia, sin que nadie nos lo indicara, fomentar el descontento de los cuarteles sobre la base de la amistad personal con los soldados incorporados, y cuando se produjo la huelga de agosto, sin que nadie nos llamara tampoco, porque no teníamos contactos con los organismos responsables del movimiento, estuvimos allí donde el pueblo se defendía de las agresiones de las fuerzas del orden y de las tropas..".

Esta acción le lleva a la cárcel donde se encuentra con el anarquismo, al que se acercó no "por haber leído folleto o libros de Kropotkin o de ningún otro; me acerqué por la calidad moral de los obreros a quienes había conocido...". A consecuencia de su recién asumida militancia, decide burlar el servicio militar obligatorio --de difícil pasaje para un preso político revolucionario-- y huye a Argentina y comienza un nuevo período de su vida. Pronto se convertirá en uno de los elementos decisivos de la central anarcosindicalista FORA, junto con el también español Emilio López Arango.
 
Aunque inicialmente, Abad había simpatizado con la revolución rusa de Octubre, las diferencias se habían ido agravando con el tiempo y pasó a ser uno de los más activos contrapuntos políticos frente a la creciente influencia comunista. Dirigió el órgano sindical anarquista La Protesta, criticando muy duramente las tendencias terroristas a las que siempre vio como una forma de
degeneración revolucionaria.

En 1922, huyendo de la gran represión desatada tras la huelga de la Patagonia, Abad se marcha a Alemania donde estudia medicina y frecuenta a intelectuales como Rocker, Einstein, Nicolai, padre de la cardiología moderna, y a los animadores de la AIT reconstruida como alternativa libertaria al comunismo. Este período será fundamental para su formación intelectual y teórica. Desde su intervención teórica en La Protesta, Abad se ha convertido en una referencia de primera mano para los anarquistas que tratan de salvaguardar su predominancia en los sindicatos. Su eje teórico se expresará por el término de trabazón orgánico con el que pretende articular una forma de relación entre la hegemonía ácrata y el instrumento sindical, algo que más tarde encontrará su traducción práctica más definida en la FAI, de la que Abad será un decidido partidario.

Vuelve a Argentina en 1927 y tras el golpe militar de Uriburu --de cuyas manos sangrientas escapará casi milagrosamente-- en, septiembre de 1930, escapa a Uruguay, y de allí retorna a España. Un año después asiste al Congreso de la AIT en Madrid. Permanecerá en España hasta el final de la guerra, fecha que marca una notable inflexión en su pensamiento teórico. Durante el período prebélico, Abad dirige el órgano de la FAI Tierra y Libertad y en mayo de 1934 comienza a editar la revista teórica Tiempos Nuevos.
 
En esta época empieza a defender la alianza, con otros sectores del movimiento obrero, y en 1936 publica su ensayo El organismo económico de la revolución (reeditado por Zero, Bilbao, 1978, con una introducción de Félix García), un proyecto anarquista adaptado a una alternativa dentro del capitalismo industrial, y contrario a las utopías arcaizantes basadas en el municipio libre y en la predominancia de la producción agraria. En febrero, Abad se manifiesta favorable a dar un apoyo electoral al Frente Popular, los enemigos, afirma, son la burguesía reaccionaria y el fascismo.

La sublevación militar fascista le coge en Cataluña donde participa en la contraofensiva obrera y forma parte del "petit comité" que decide rendir la autoridad gubernamental a Companys, renunciando a la revolución, y favoreciendo el primer eslabón. de la reconstitución del poder republicano. Luego Abad será miembro del Comité de Milicias Antifascistas, componente del Consejo de Economía, y consejero de Economía en el Gobierno catalán, y durante los acontecimientos. de mayo de 1937 será una de las voces que ruegan a las bases cenetistas una solución de compromiso que abrirá el período de represión antirrevolucionaria.
 
Al mismo tiempo, publica, La revolución y la guerra de España y sigue colaborando en revistas como Tiempos Nuevos, y Timón, así como en el diario Solidaridad Obrera. La derrota le traslada de nuevo a Argentina donde vivirá precariamente, centrando su acción en una importante actividad cultural que le convertirá quizás en el anarquista editorialmente más prolijo de todos los tiempos. Colabora activamente en empresas editoriales como Proyección, Américalee y Editores Mexicanos Reunidos --lo que le sirvió a Federica Montseny para acusarle de haber estado a sueldo del Gobierno mexicano--, con la edición de la Enciclopedia Anarquista, iniciada por Sebastián Faure, y en la edición de las obras completas de Bakunin que tradujo del alemán. También participó en la gigantesca Enciclopedia Argentina. En abierta disidencia con el curso posbélico de la CNT--FAI, Abad fue moderando sus posiciones hasta socialdemocratizar profundamente su pensamiento anarquista al que no renunció.
 
En 1974 define su idea de revolución oponiendo las "que construyen" contra las "que destruyen", porque "sí queremos figurar y ser actores y protagonistas de la revolución contra los mitos, contra todas las autoridades impuestas de arriba a abajo, por la teología, por los intereses industriales y financieros, o por las élites, o filosofías llamada liberación o de opresión, que se equivalen, hay que salir de los caminos trillados...
 
Los que manejan todavía esos conceptos autoritarios y negativos trabajan contra la liberación y por nuevos despotismos, con moderno o antiguo cuño es lo mismo". El nuevo camino pasa por "el entendimiento entre todos", la renuncia a cualquier actitud violenta, y por el antimarxismo.

Al regresar en 1976 a España, consiguió la simpatía de personalidades como Heleno Saña y el rechazo de cenetistas que, como Federica Montseny, lo repudiaron y distinguieron entre dos Abad, el de antes y el de después de la guerra. En una entrevista llegó a elogiar la monarquía y el socialismo sueco como unos modelos a seguir. Después de volver a Argentina, regresó de nuevo a España cuando sintió que le quedaba poco de vida.
 
En una de sus últimas entrevistas declaró que de existir hoy San Juan de la Cruz sería anarquista. Un estudio sobre la impresionante obra divulgativa de Abad se puede encontrar en el nº 138 de la revista Anthropos: Diego Abad de Santillán, Un anarquismo sin adjetivos. Una visión crítica y actual de la revolución social, cood. de Frantz Mintz, y entre sus diversas partes contiene un extenso apartado sobre Documentación cultural e información bibliográfica.

Entre sus obras más asequibles se encuentran: Historia del movimiento obrero español, cuyo primer volumen apareció en la emblemática Zero-ZYX, y que más tarde sería publicado en fascículos; sus Memorias han aparecido en dos versiones, la primera en Plaza&Janés, Barcelona, 1977, y la segunda (que abarca entre 1997 a: 1936), en Planeta, ídem, 1977, sin contar una breve versión aparecida entre los números 19 y 24 de la revista Historia 16; Anarquismo revolución en España. Escritos.1930-1938 (selección y estudio preliminar de Antonio Elorza, Ayuso, Madrid, 1976); De Alfonso XII a Franco, Estrategia y táctica (ambas en Júcar); ¿Porqué perdimos la guerra? (prólogo de Heleno Saña, Plaza&Janés, Barcelona, 1977). Su hijo, Diego Santillán, un oscuro director de películas Serie B publicó un documental titulado ¿Por qué perdimos la guerra? (1977), que alcanzó cierta notoriedad y fue distribuido sobre todo por vídeo.

Biografía copiada del libro Libertarios y libertarias. Un diccionario biobibliográfico.
http://www.elsarbresdefahrenheit.net/documentos/obras/1027/ficheros/Libertarios_libertarias_Un_diccionario_bio_bibliogr_fico.pdf
 
 
 

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