Cartas a un amigo alemán. Albert Camus [Pdf & epub]


Prólogo a la edición italiana

Las Cartas a un amigo alemán se publicaron en Francia tras la liberación, en tirada muy Restringida, y no volvieron a reimprimirse. Siempre me opuse a que se difundieran en el extranjero por los motivos que más adelante expondré.

Es la primera vez que aparecen fuera del territorio francés y me he decidido a ello movido por el ánimo de contribuir, siquiera mínimamente, a que caiga un día la estúpida frontera que separa nuestros dos territorios.

Pero no puedo dejar que se reimpriman estas páginas sin explicar lo que son. Fueron escritas y publicadas en la clandestinidad. Se proponían esclarecer un poco el ciego combate en que estábamos embarcados y hacerlo así más eficaz. Son escritos coyunturales, y, por lo tanto, puede traslucirse en ellos un tono de injusticia. Para escribir sobre la Alemania vencida, habría que utilizar un lenguaje un poco diferente. Pero me gustaría antes salir al paso de un posible malentendido. Cuando el autor de estas cartas dice «ustedes», no quiere decir «ustedes, los alemanes», sino «ustedes, los nazis». Cuando dice «nosotros», no siempre significa «nosotros, los franceses» sino «nosotros, los europeos libres». 

Contrapongo con ello dos actitudes, no dos naciones, por más que esas dos naciones hayan encarnado, en un momento determinado de la historia, dos actitudes enemigas. Si se me permite utilizar una frase que no es mía, amo demasiado a mi país para ser nacionalista. Y sé que ni Francia ni Italia perderían nada —más bien al contrario— abriéndose a una sociedad más amplia. Pero distamos todavía de eso y Europa sigue desgarrada. Por eso me avergonzaría hoy dar a entender que un escritor francés pueda ser enemigo de una nación. Sólo aborrezco a los verdugos. El lector que quiera leer las Cartas a un amigo alemán bajo esa perspectiva, o sea, como un documento de la lucha contra la violencia, admitirá que pueda afirmar ahora que no reniego de una sola palabra de ellas.




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