La Iglesia en España (1977-1998) Alfredo Grimaldos [epub]



Así se las gastan estos enmendadores de almas que solamente atienden a la llamada de los desalmados. La curia española se arroga el derecho de dirigir nuestras vidas, puesto que su verdad es incontestable al ser de procedencia divina según graznan estos íncubos farsantes. Sacan a la la calle a miles de descerebrados, lobotomizados desde pequeños por la demoníaca doctrina del Vaticano; arengan al rebaño que basa su vida en supersticiones estúpidas y sin sentido, aunque todo es fachada todo es hipocresía. Quieren imponerle a las mujeres que sean madres, desprecian a lxs homosexuales e inmigrantes porque su infrahumanidad necesita creer que existen personas aun más bajas que ellas, pero el pozo de mierda en el que habitan nunca dejará de oler. 

Grimaldos vuelve a destapar lo que pocos se atreven, el Poder real de la Iglesia española en alianza con la corona borbónica y la espada militar; la maldita Santa Trinidad española, el contubernio de los hijos de Caín. Los cuervos de Satán acaparan casi 2 billones de las antiguas pts, sacan a la calle a miles de personas sin vida interior y cuyo anhelo es que todos piensen como ellos. Enseñan el creacionismo en el 80% de las escuelas concertadas, Darwin solamente es un hereje que cree que sus progenitores son monos. Con el dinero de todxs se inocula veneno religioso en mentes púberes que son como una pizarra en blanco; pero en la cual, una vez escrito el mensaje, este resulta practicamente indelebe o deja secuelas para toda la vida.

Mientras miles de personas siguen buscando en las cunetas y alrededores de cementerios a sus familiares vilmente asesinados, los del otro bando han beatificado ya a más de 900 de los que ellos llaman "caídos por Dios y por España". Los fachas siempre hablan de no abrir heridas ya cerradas; pero en este caso, la herida nunca cicatrizó debido a la infección fascista que sufre este país, impuesta a todxs con la ayuda de nazis, fascistas italianos y algunos marroquíes, además de con la complicidad silenciosa del resto del llamado mundo civilizado.


¿Cual fue el primer viaje a título de rey que hizo el último Borbón, Felipe VI "El Preparado" (a la carta por el Fascio español)? Pues precisamente a la cueva de los demonios vaticanos. El primer jefe de Estado del mundo que recibió a Felipe VI y su socia fue nada menos que el capo de los demonios que habitan iglesias. La Corona basa sus derechos dinásticos en la elección sagrada, es el Dedo de Dios el que elige a las familias que deben ser pastoras del descarriado rebaño, y todo ello a pesar de que después dicen que Dios nos creó a su imagen y semejanza, debe ser bipolar, porque sino, no encuentro explicación posible. 

Os dejo algunos extractos de este libro, imprescindible para conocer hasta donde alcanzan los tentáculos del demonio similar a los que describe Lovecraft y que rige a esta secta milenaria de demonios disfrazados de santos. La religión es veneno, la cultura su único antídoto. 


«España vuelve a hallarse dividida y enfrentada, porque se están abriendo viejas heridas de la Guerra Civil», declara en noviembre de 2006 el jesuita Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal Española. Durante la rueda de prensa en la que presenta la anunciada «Instrucción pastoral» de los prelados, otra más, denuncia que el tímido proyecto gubernamental de Ley de la Memoria Histórica está, en realidad, «guiado por una mentalidad selectiva». Paralelamente, los prelados españoles preparan una nueva beatificación masiva de «mártires de la Cruzada». En este caso van a ser 498 los agraciados por el Vaticano. Entre ellos no se encuentra ninguno de los sacerdotes vascos fusilados por las tropas franquistas. De este modo, la jerarquía eclesiástica española continúa impulsando el carrusel de beatificaciones que se inició con la llegada de Karol Wojtyla a la cúpula del Vaticano.

Acabada la guerra, la Iglesia católica española quiere perpetuar la memoria de sus «mártires» con algo más que ceremonias fúnebres y monumentos, y reclama, apoyada por los dirigentes franquistas, que todos sean beatificados. Pero Pío XII se opone a una beatificación indiscriminada y masiva de miles de «caídos por Dios y por España». A pesar de que, inmediatamente después de acceder al pontificado, cuando aún falta un mes para poder escuchar el último «parte oficial de guerra» franquista del 1 de abril de 1939, el papa Pacelli ha santificado enseguida la victoria del fascismo en España. El día 16 de ese mismo mes declara: 

«La nación elegida por Dios acaba de dar a los prosélitos del ateísmo materialista la prueba de que, por encima de todo, están los valores de la religión». 


Además, también ha dado prueba de su agradecimiento personal a Franco por culminar satisfactoriamente la Cruzada, nombrando al dictador protocanónigo de la basílica romana de Santa María la Mayor.

Son los tiempos de las sacas diarias y los fusilamientos en las tapias de los cementerios y las cunetas, de los batallones de trabajadores forzados, el exilio y las prisiones repletas, la hora de la persecución y la expropiación de los bienes de todos los que han defendido la legitimidad republicana contra los militares golpistas, la Iglesia ultramontana y sus aliados nazis y fascistas. Pero la derrota de Hitler y Mussolini en 1945 deja los procesos de beatificación congelados, de modo que las simpatías de Pío XII no canten demasiado y resulten excesivamente molestas para los vencedores de la contienda mundial.

Una actitud similar adoptan sus sucesores Juan XXIII y Pablo VI, quien ordena la paralización de los procesos canónicos que están llegando al Vaticano desde el final de la Guerra Civil. En 1965 decide retrasarlos «para tiempos futuros, cuando la perspectiva histórica ayude a esclarecer los hechos y mejor valorarlos».

La cosa cambia con Juan Pablo II. En marzo de 1982, el papa polaco comunica a los obispos españoles que va a impulsar la beatificación de los «mártires». El anuncio del cardenal Pietro Palazzini, prefecto del dicasterio de la Curia Romana para la Causa de los Santos, de que se van a abrir los procesos de declaración de martirio y beatificación de las víctimas de la Guerra Civil española causa impresión y estupor en el propio Vaticano.

Hay que recordar que, en materia de canonizaciones, el «papa» Clemente Domínguez, de la Iglesia de El Palmar, alias Gregorio XVII ya pretendió elevar a la categoría de santo al dictador Francisco Franco. Después de cuarenta años, son los jerarcas de la Iglesia católica los que continúan justificando la sublevación contra el Gobierno constitucional de la República quienes quieren seguir manteniendo el exclusivo privilegio de honrar a sus muertos. Cuando los restos de decenas de miles de fusilados republicanos aún no han aparecido y sus propiedades, esquilmadas en los años del terror, jamás han sido reintegradas a los legítimos propietarios ni a sus herederos. Cuarenta años de represión y vejaciones, mientras los obispos llevaban bajo palio al dictador. Desde el mismo 18 de julio, en el bando fascista, las víctimas religiosas de la guerra empezaron a ser consideradas «mártires», y a continuación, han tenido cuatro décadas más de dictadura a su servicio. Pero setenta y dos años después del inicio de la sublevación fascista, las placas de «caídos por Dios y por España» se mantienen en las iglesias, al mismo tiempo que muchos republicanos asesinados en la guerra y la posguerra permanecen aún en fosas comunes.



Franz Kafka. Cuentos completos [epub]




La presente edición se propone brindar al lector la posibilidad de acercarse a los textos originales de los relatos de Franz Kafka, libres de las fusiones y «arreglos» arbitrarios a que los sometió su amigo y editor Max Brod tras su muerte, y que han circulado desde entonces en numerosas ediciones fragmentarias. El volumen reúne todos aquellos escritos de Kafka que pueden ser incluidos en la categoría de «relatos» (sin excluir La metamorfosis, a pesar de su mayor longitud), «narraciones», «piezas narrativas», «poemas en prosa», «cuentos», o «fragmentos» traducidos a partir de los textos originales, sin filtros ni retoques, utilizando para ello los propios manuscritos del autor, y, cuando éstos no se han conservado, las ediciones autorizadas por Kafka. 

El criterio primordial para elegir estos textos ha sido su pertenencia al mundo de la ficción, es decir, no incluimos escritos autobiográficos, como fragmentos de los Diarios, ni otros escritos, como la Carta al padre, en los que Kafka elabora claramente situaciones personales desde una perspectiva alejada de la literatura.

Esta edición, preparada con esmero y gran conocimiento de la obra kafkiana por José Rafael Hernández Arias, ha sido posible gracias a la tendencia iniciada recientemente en los países de lengua alemana de publicar los manuscritos de Kafka en edición facsímil, y su ordenación cronológica nos ofrece un friso de la evolución creadora de este clásico del siglo XX.


EL DESEO DE SER UN INDIO

Si pudiera ser un indio, ahora mismo, y sobre un caballo a todo galope, con el cuerpo inclinado y suspendido en el aire, estremeciéndome sobre el suelo oscilante, hasta dejar las espuelas, pues no tenía espuelas, hasta tirar las riendas, pues no tenía riendas, y sólo viendo ante mí un paisaje como una pradera segada, ya sin el cuello y sin la cabeza del caballo.


LA EXCURSIÓN A LA MONTAÑA

«No sé», grité sin eco, realmente no lo sé. Si no viene nadie es que precisamente viene «nadie». No le he hecho nada malo a nadie, nadie me ha hecho a mí nada malo, sin embargo nadie me quiere ayudar. Absolutamente nadie. Pero tampoco es así. Sólo que nadie me ayuda, si no «nadie» sería muy hermoso. Me gustaría, por qué no, hacer una excursión en compañía de un puro nadie. Naturalmente a la montaña, ¿adónde si no? ¡Cómo se aprietan uno al lado del otro, esos nadie, todos esos brazos estirados y colgantes, todos esos pies, separados por pasos diminutos! Se entiende que todos visten frac. Nosotros vamos así, el viento atraviesa los espacios que nosotros y nuestros miembros dejan abiertos. ¡Las gargantas se tornan libres en la montaña! Es un milagro que no cantemos.


DECISIONES

Elevarse de un estado miserable debe de ser fácil aplicando la propia energía. Me desprendo del sillón, rodeo la mesa, muevo la cabeza y el cuello, pongo fuego en mis ojos, tenso los músculos a su alrededor, hago frente a todo sentimiento, saludo a A de un modo tempestuoso cuando llega, tolero a B con amabilidad en mi habitación, interiorizo en casa de C con largos impulsos todo lo que se dice a pesar del dolor y del esfuerzo.

Pero aun en el caso de que todo funcione, con cada fallo, que no puede dejar de producirse, el todo, tanto lo fácil como lo difícil, quedará obstaculizado, y tendré que dar vueltas en torno a mí mismo.

Así, el mejor consejo es soportarlo todo, comportarse como una masa pesada y sentirse desaparecido; no dejarse sonsacar ni un paso innecesario; mirar al otro con mirada animal; no sentir arrepentimiento alguno; en suma, aplastar con la propia mano lo que queda de la vida como espectro, es decir aumentar la última tranquilidad sepulcral y no dejar nada excepto eso.

Un movimiento característico de un estado semejante es el desplazamiento del dedo meñique sobre las cejas.


MI NEGOCIO…

Mi negocio recae completamente sobre mis hombros. Dos señoritas con máquinas de escribir y libros de contabilidad en el antedespacho, mi habitación con máquina de escribir, una caja fuerte, una mesa de consulta, un sillón de cuero y teléfono, ése es todo mi aparato laboral. Tan fácil de abarcar con la mirada, tan simple de dirigir. Soy joven y los negocios marchan, no me puedo quejar y no me quejo. 

Desde Año Nuevo un hombre joven ha alquilado sin rodeos la pequeña y vacía vivienda contigua, que yo, tan desacertado, había dudado largo tiempo en alquilar. También es una habitación con recibidor, y además con cocina. Yo podría haber necesitado una habitación con recibidor, mis dos señoritas se sienten ya un poco sobrecargadas, pero ¿de qué me habría servido la cocina? Esa pequeña objeción fue la culpable de que dejase escapar el apartamento. Ahora está allí ese joven. Se llama Harras. No sé realmente qué puede hacer ahí. En la puerta sólo hay un letrero que indica: «Despacho de Harras». He iniciado algunas pesquisas, me han dicho que se trata de un negocio similar al mío, no se puede prevenir lo suficiente en cuestión de concesión de créditos, pues es un hombre joven y ambicioso, cuyas ideas tal vez tengan futuro, pero no se puede aconsejar un crédito, ya que, por el momento, según todas las apariencias, no hay capital disponible. 

La información habitual que se da, cuando no se sabe nada. A veces me encuentro con Harras en la escalera, debe de tener siempre una prisa extraordinaria, pasa por mi lado rápidamente; aún no le he podido ver bien, mantiene preparada en la mano la llave del despacho, en un instante ya ha abierto la puerta, se ha deslizado dentro como el rabo de una rata y yo acabo de llegar ante su placa «Despacho de Harras», que ya he leído más veces de las que merece. Las paredes, miserablemente delgadas, delatan al hombre laborioso y honrado, pero esconden al tramposo. 

Mi teléfono está adosado a la pared que me separa de mi vecino, pero destaco como un hecho irónico que, aun en el caso de que lo colgara en la pared de enfrente, se oiría todo en la habitación contigua. He dejado de mencionar los nombres de mis clientes cuando hablo por teléfono, pero tampoco se necesita mucha astucia para deducir los nombres a través de inevitables expresiones características en la conversación. A veces me agito nervioso, con el receptor del aparato en la oreja, de puntillas, y no puedo evitar que se revelen algunos secretos. 

Por supuesto que por esta causa mis decisiones profesionales cuando hablo por teléfono se han tornado más inseguras, mi voz tiembla. ¿Qué hace Harras cuando hablo por teléfono? Si quisiera exagerar, algo que se debe hacer con frecuencia para lograr claridad en las cosas, diría: Harras no necesita teléfono, utiliza el mío, ha llevado su canapé hasta la pared y escucha allí sentado; yo, por el contrario, tengo que correr a coger el teléfono cuando suena, tengo que corresponder a los deseos de los clientes, tomar decisiones trascendentales, emplear complejas tácticas de persuasión, pero sobre todo informar involuntariamente a Harras a través de la pared. Tal vez ni siquiera espera a que termine la conversación, sino que se levanta de su posición de escucha, bien informado sobre el caso, sale disparado, como de costumbre, busca el lugar en la ciudad y, antes de que yo haya colgado el auricular, ya me está quitando el trabajo.


EL PRÓXIMO PUEBLO

Mi abuelo solía decir: «La vida es asombrosamente corta. Ahora se comprime tanto en mi recuerdo que apenas comprendo cómo un hombre joven puede decidirse a cabalgar hasta el próximo pueblo sin temer —dejando aparte casualidades desgraciadas— que el tiempo de una vida normal y feliz pueda alcanzar para semejante viaje».


LA VERDAD SOBRE SANCHO PANZA

Sancho Panza, quien, por lo demás, nunca se ha gloriado de ello, consiguió después de muchos años, en las horas nocturnas, mediante la lectura de una gran cantidad de novelas de caballerías y de bandidos, apartar de sí de tal modo a su demonio, al que posteriormente bautizó con el nombre de Don Quijote, que éste se dedicó a realizar las acciones más locas y absurdas, las cuales, al carecer de un objeto predeterminado, pues éste tendría que haber sido Sancho Panza, no causaron daño a nadie. Sancho Panza, un hombre libre, siguió indiferente, tal vez sólo por cierto sentimiento de responsabilidad, a Don Quijote en sus aventuras y sobre ello sostuvo una gran y útil conversación hasta su final.


UNA COMUNIDAD DE INFAMES

Érase una vez una comunidad de infames, es decir no se trataba de infames, sino de personas normales, del tipo medio. Siempre se mantenían juntos. Cuando, por ejemplo, uno de ellos cometía alguna infamia, es decir nada infame, sino algo normal, como es habitual, y se confesaba ante la comunidad, entonces ésta investigaba el caso, lo juzgaba, hacía penitencia, perdonaba y otras cosas parecidas. No hay que interpretarlo mal, los intereses del individuo y de la comunidad se respetaban con severidad y al penitente se le administraba el complemento, cuyo color de fondo había mostrado. Así se mantenían siempre juntos; aun después de la muerte no renunciaban a la comunidad, sino que subían al cielo en corro. En general, la impresión que daban al volar era de la más pura inocencia infantil. Pero como ante las puertas del cielo todo se descompone en sus elementos, caían en picado como bloques de hormigón.



... y se les sigue votando



Cuando ha quedado claro que el origen de todos nuestros problemas son los partidos políticos que viven de ti, aparecen como por supuesta generación espontánea los llamados movimientos sociales venidos a nuevos partidos. Mareas lo llaman ahora, puede ser porque marean como los trileros probados a los que quieren sustituir . Pero resulta que en el S. XXI somos pocos los que creemos en generaciones espontáneas o piedras filosofales, mucho menos en política. 

Estos flamantes mesías; jóvenes y lozanos ellos, vienen a vendernos su infalible doctrina académica basada en las doctrinas de Marx, Lenin o Gramsci entre otros. Pretenden que millones de personas comulgen con lo que dijeron dos o tres personas, negando así la inteligencia individual, capaz de pensar y razonar por sí misma, no por lo que diga cualquier pretencioso iluminado con ínfulas de redentor e interés partidista; el cual, una vez conseguido el Poder pretende imponer lo que él cree mejor o lo que mejor podrá perpetuar ese Poder conseguido a base de regalar los oídos de los incautos que les presten atención, cosa que en muchos casos resulta ser todo lo contrario de lo que predicaba antes de entronarse. 

En estos momentos en el que la abstención masiva, la negación a participar de un juego macabro y del que se sabe de antemano que perderás ganen quienes ganen, nos encontramos con estos resabiados que dicen estar "mejor preparados", que te garantizan simplemente con su palabra que ellos saben mejor que tú mismo lo que más te conviene, porque al parecer han estudiado mucho y eso. Que ellos renovarán cual Carlos Jesús un sistema aquejado de cáncer sistémico en fase de metástasis; sin posibilidad de cura conocida mas allá que la de cortar a la altura del cuello, quizás porque provienen de la avanzada sociedad que dicen algunos existe en Ganímedes, planeta del visionario antes citado y vestido de morado.

Ninguno de estos lumbreras ostentadores de títulos patentados por el Estado cuestiona ahora nuestra ley electoral, la cual puede ser tildada de todo menos de democrática. Eso de una persona un voto, se lo pasaron por la entrepierna los padres de la bastarda constitución y por el arco del triunfo franquista los que ganaron la guerra, porque todo está estudiado matemáticamente para que gane una minoría y dicte sobre la mayoría como debe ser su vida, ya que la "mayoría absoluta" en la que basa el fascismo imperante en nuestros días sus atentados, solamente cuenta con 1/3 del censo electoral y con la oposición del 70% de ese mismo censo que no los votó. Los nuevos partidos políticos cuentan con esta iniquidad también, ahora no la denuncian porque les conviene o podría convenirles, y a quienes tienen unos principios morales según convengan a sus egoístas intereses partidistas, ya sabemos todos como llamarlos; indeseables los llamo yo al menos, gentuza de poco fiar oigan.


Si todos estos nuevos partidos políticos disfrazados de movimientos sociales tuviesen realmente dignidad; no pedirían tu voto. Si realmente buscasen el bien común, pedirían la impugnación de las próximas eleciones, y con sobradas razones realmente de alta moralidad. Para empezar, deberían denunciar que todas las personas que en estos momentos habitan Iberia, se encuentran seriamente amenazadas mientras un Borbón (heredero de una degenerada y depravada piara familiar parásita de la caja común desde hace siglos) sea jefe de todos los ejércitos, garante de la manoseada unidad de España y del orden burgués más retrógrado de toda Europa y buena parte del extranjero. 

Como segundo plato a la imposición Borbónica, ya sea por la ignorancia subvencionada por el Estado o por la fuerza si es necesario, nos encontramos con un sistema electoral absolutamente retorcido y que no comprenden ni los estudiosos del tema, mucho menos la mayoría de vecinos; cuando debería ser claro como agua de manantial montano, meridianamente comprensible hasta para el más lerdo entre los lerdos si pretenden llamarlo decisión del pueblo. Así que desde mi postura, lo primero y más urgente es desterrar a la piara borbónica, después eliminar el peligro del ascenso del fascismo, impugnando las próximas elecciones generales por presentarse los fascistas dopados gracias al dinero robado a todxs; y finalmente, acordar como vamos a organizarnos sin matarnos o quitarnos el pan entre todxs en el intento.

Desde luego que alcanzar el comunismo libertario o el anarquismo, ni siquiera un mínimo de respeto por la vida y la dignidad humana, que los gobernantes solamente sean administradores de las cosas, no propietarios y repartidores; no son cosa de dos días ni algo que deba ser conseguido mañana mismo a cualquier precio. Nunca debemos olvidar que los asesinos desalmados son ellos. No se puede construir una vida justa abonada con la sangre de otros. Para poder cambiar esta sociedad hay que contar con la gran parte de personas no dañinas que constituyen nuestro pueblo y no asesinos, ladrones o gentuza parásita de su propia especie como quienes mandan. Queremos vivir en paz sin estar rodeados de miseria y desesperación; de incultura y competencia entre iguales, mientras los amos observan desde la grada como los de abajo se sacan los ojos entre sí. Lo primero es terminar con la imposición borbónica, origen y consecuencia de todo lo que pudre nuestra sociedad. No en vano, Juan Carlos I será recordado como "El Crápula", con la ingle hecha mixto de tanto empujar a la Corinna y la nariz porrona del Club Don Simón. Sigue siendo el rey de España por divina gracia, aunque esa gracia sea de carcajada. Juan Carlos I "El Crápula", así debería aparecer en los libros de Historia y ser recordado, menudo embajador oigan.

Precisamente, las personas realmente anarquistas, con un alma realmente libertaria, nunca son violentas per se, aunque claro, tampoco ponen la otra mejilla. Lxs libertarixs sólo (que no es poco) quieren el máximo bien posible para todxs, queriendo para sí mismos lo mismo que para todxs, basando su felicidad en el bien común, no en el interés egoísta, no alimentar el ego situándose por encima de otrxs en ningún sentido. Quien tiene ansias de imponer antes que de convencer, quienes dicen que saben a donde van y quieren arrastrar con ellos al mayor número de personas y a cualquier precio, no son dignos de confianza, no aman realmente la libertad de todos, solamente buscan tener razón y después imponer esa razón aunque no nos guste a todos, porque ellos dicen saber mejor que tú qué es lo que más te conviene. Y porque quien reparte...

En mi humilde y obtusa opinión, lo que debemos hacer todas las personas que se precien de serlo, es maldecir nuestro asqueroso sistema parlamentario, nuestra infame ley electoral. Los Borbones deben ser desterrados para siempre (a las Chafarinas propongo) si en algo queremos avanzar, puesto que esa ponzoñosa piara real en contubernio con la espada militar y la cruz del Vaticano, enmierda toda convivencia pacífica; ya que quien tiene la mano en el gatillo es solamente una persona, elegida testicularmente por Dios y el anterior rey (su opá), a su vez elegido por un criminal que no merece la condición humana.

Si las cúpulas de los partidos autodenominados de izquierdas estuviesen copadas por personas horadas y que realmente quisieran lo mejor para todxs, no rendirían pleitesía ante un Borbón perteneciente a una de las familias más criminales, crápulas y ladronas que ha dado esta tierra; participando del juego en el que él es el único árbitro indiscutible, apoyado por todos los ejércitos de los que él es jefe superior y al que deben obediencia sin discusión posible, bajo amenaza de traición a la corona ostentada por los ciervos corononados que son todxs lxs Borbones si no se respetan los principios del Movimiento franquista, inspirador y guía de la putrefacta constitución que para los fachas es sacrosanta. 

Si los autoproclamados guías del pueblo realmente fuesen tan demócratas como graznan continuamente, escupirían sobre la insultante ley electoral que prima a los de siempre y es antítesis de la democracia. Si fuesen tan laicos como ladran, dejarían de subvencionar a los curas para que inyecten veneno religioso en mentes desde una tierna edad en el 80% de las escuelas concertadas y pagadas por todxs, no permitirían que el creacionismo existiera en las aulas en pleno S. XXI. Si fuesen realmente de izquierdas promoverían la creación de cooperativas, empresas de trabajadores, en lugar de besar el culo del capital y hacerles un bukkake a los del Ibex 35. Si de verdad conociesen la solidaridad y la empatía hacia quienes sufren, no permitirían que la pobreza, en un país rico en recursos humanos y naturales la miseria medre entre la opulencia galopante y descarada. 

En 40 años de mafiocracia, si los partidos políticos hubiesen hecho lo que realmente prometen hacer; solucionar los problemas de todxs, hace tiempo que no tendrían razón de existir. Pero resulta que comprobamos de una manera empírica y por lo tanto incontestable, que ellos son el problema; ellos son los bomberos pirómanos que necesitan fuegos para legitimar la razón de su existencia y poder ganar más intentando apagarlos. Y a pesar de todo ello, siguen mostrándose como los mejor preparados para arreglarte la vida y se sigue confiando ciegamente en ellos... y se les sigue votando.



Elecciones en Grecia: el voto cotizado a precio de estiércol



De nuevo asistimos al burdo engaño llamado sufragio universal, en esta ocasión perpetrado en Grecia, aun mucho más descarado e inmoral que en las anteriores elecciones. La abstención ha llegado hasta el 45% y Syriza ha acaparado un 35% del 55% de personas que han votado, por lo que los nuevos impostores de la "izquierda" griega no han conseguido ni un 20% del total del censo, ni siquiera les han votado uno de cada cinco griegxs.

Esta evidencia es cínicamente obviada por nuestros nuevos impostores de la izquierda; bueno, de los nuevos y de los añejos, de los podemitas y de IU (Izquierda Usurpada). El Valderas dirá que en Grecia, después de la "fiesta de la democracia", el pueblo ha decidido. Los podemitas,  dirán 3/4 de lo mismo, que el pueblo griego ha elegido libremente a un gobierno de izquierdas y bla bla bla... (verborrea académica que cada día engaña a menos incautxs).

Poco más queda por añadir a una impostura tan evidente, sólo una más, la más importante consecuencia que puede conllevar esta desvergüenza impúdica a ojos vista; si Syriza gobierna con menos del 20% del censo, en próximas elecciones, cuando Grecia se hunda aun más en el pozo de la miseria, Amanecer Dorado podría ganar muchos votantes y gobernar con un porcentaje del censo tan ridículo como el que ostenta ahora Tsipras. Entonces, quienes dieron legitimidad a Tsipras simplemente por egoísmo partidista, habrán legitimado el ascenso del fascismo griego con su voto, con su complicidad en un engaño que solamente engaña a bobos de baba y a oportunistas cuyo único fin es el egoísmo partidista, desuniendo a lxs de abajo para alcanzar el Poder y mandar sin escuchar.

Kallocaína. Karin Boye [epub]



Kallocaína es el nombre del suero de la verdad que el científico Leo Kall ha inventado para garantizar al Estado seguridad y estabilidad, pero la verdad se escapa a la instrumentalización y sus efectos son demoledores: el protagonista asiste horrorizado al surgir gradual de una conciencia individual y autónoma con la que intenta luchar.

Escrito en 1940, Kallocaína es una novela antiutópica, en la línea de 1984 que Orwell publicó unos años más tarde, inspirada en el apogeo del nacionalsocialismo en Alemania. Con la serie de novelas antiutópicas que vieron la luz en la primera mitad del siglo XX, comparte la visión pesimista de un futuro totalitario y deshumanizado, pero lo que hace de Kallocaína algo único en su género es la concepción de la dictadura como algo inherente a la conciencia individual.

Karin Boye describe con lucidez un futuro gris, dominado por un Estado policial que llega a invadir la esfera privada de los ciudadanos suprimiendo toda forma de libertad. Los hombres se han convertido en máquinas cuya función principal es reproducirse, obedecer y no sentir.


Lo sabes, pero les votas



Sabes que el PSOE lleva 137 años engañando a los obreros para servírselos en bandeja al Capital. Sabes que el PSOE tiene de obrero y de socialista lo que yo de vocación para monaguillo. Sabes que Pedro Sánchez es un monigote elegido por los que mandan sin rostro y que nada tiene de socialista, mucho menos de obrero. Sabes que la mayor parte de la cúpula sociata está compuesta por hijos y nietos de franquistas de pro. Sabes que el PSOE firmó el Art. 135 con el PP para que primero cobren los banqueros usureros y después, si sobra algo, que coma el pueblo lo que bien pueda. Sabes que en mi tierra, Andalucía, los señoritos sociatas han saqueado la caja común, repartiendo parte del botín entre su electorado para así adquirir adhesiones inquebrantables. Sabes que el PSOE ha pactado con los falangitos de C´s tras echar de una patada a IU, porque solamente les interesa mandar, para así llevarse con toda comodidad lo que no les pertenece. Les da igual pecho que espalda, lo que importa es meter, mañana ya veremos. Lo sabes, pero les votas.


Sabes que los podemitas adaptan su discurso según convenga a sus intereses partidistas, que lo dicho hoy carece de valor mañana. Sabes que Podemos está patrocinado por el Estado, puesto que en vistas de la más que evidente abstención masiva que amenaza con romper realmente este sistema podrido, los amos se sacan de la manga los ases escondidos; siempre preferirán que votes, sea a quien sea, a que los deslegitimes con tu negación a ser cómplice de los verdugos. Sabes que si tocan Poder harán lo mismo que Tsiryza, lo que les salga de los cojones. Sabes que eso de la paridad en las listas se lo pasan por el forro, los listos de la clase siguen siendo los machotes mejor preparados (aunque no sabemos exactamente para qué). Lo sabes, pero les votas.


Sabes que Valderas firmó un contrato social con el que después se limpió el culo tras cagar la primera mariscada a costa del erario andaluz. Sabes que los "rebeldes" se achantan con eso del imperativo legal, ellos que son tan "revolucionarios"; sabes que IU significa Izquierda Usurpada. Sabes que los llamados €urocomunistas o comunistas que se mueven por los euros, han pactado en 60 ayuntamientos con el PP tras la última rifa electoral. Sabes que los autodenominados comunistas son más muro de contención que ariete contra el capitalismo y el fascismo. Lo sabes, pero les votas.


Y tu obrero pobrecito que votas al PP, carente de la dignidad que otorga la pobreza, sabes que los fascistas del Partido Putrefacto son unos criminales que atentan contra quienes dicen representar. Sabes que nunca más volverás a ganar 2. 500 € al mes ni podrás despreciar a los otros obrerxs que cobran 1. 000 €, como te prometen los peperos. Sabes la indignidad que representa un obrero rendiendo pleitesía a su verdugo fascista, por eso ocultas tu bastarda y degenerada opción. Lo sabes pero les votas.


Y tú, ese que se cree alguien por encima de la media por pertenecer a la clase media; abogaduchos siempre prestos a medrar como sea, tenderos mangantes con el peso trucado, pequeños empresarios que viven gracias a la explotación de unxs cuantxs obrerxs y demás ralea inmunda. Sabes que C´s son lo mismo que el PP, igualicos oiga; sabes que tras la imagen impoluta de su líder mesiánico se esconde una mente fascista, retrógrada y con una sola meta, ganar el máximo Poder posible para no tener que trabajar más el resto de su vida, además de aparecer en los libros de Historia como uno de los próceres de España. Mientras que tú solamente comerás tu propia mierda y no encontrarás explicación a porque ahora compras en el Carrefour en lugar de en El Corte Inglés. Tú, que solamente quieres volver a tener lo mismo que hace unos años y que se joda el que no tenga, a pesar de saber que eso no sucederá, los votarás. Lo sabes pero les votas.


Cuando el PP vuelva a ganar las elecciones, todos los votantes habrán contribuido con su granito de arena a la ascensión del fascismo. Ellos se presentarán a las elecciones dopados hasta las cejas con el dinero robado a todxs. Utilizan los presupuestos generales del Estado como arma electoral. Crean leyes para reprimir y acallar las constantes denuncias de sus atentados. Participar en unas elecciones compitiendo contra el PP, es tratarlo como a digno rival, es regalarle la legitimidad que nunca tuvieron. Lo sabes, no les votes; ni a ellos ni a ningún otro. Participar en un juego que se sabe amañado de antemano, es como comprar un billete de lotería teniendo la certeza de que nunca te tocará. Es como mandar una carta a Papa Noel y dejar exclusivamente en su mano la entrega de los regalos de Navidad. Tan infantil como creer que quienes crean los problemas serán los que les den solución. Lo sabes, pero les votas.


Las urnas legitiman al fascismo


Para los de los datos, este es incontestable. Las urnas dieron el Poder a los nazis al igual que se la han dado al fascio español, todo ello con tu voto.
El dilema de la "izquierda" sigue siendo el mismo de siempre, encontrar a un nuevo líder que pueda combatir efectivamente a la derecha, en este caso a Rajoy. No olvidemos que el PP ha ganado las pasadas elecciones generales con eso que los sufragistas españoles llaman mayoría absoluta, superando incluso los mejores resultados obtenidos por Felipe González. La lógica nos lleva a pensar que para rebatir el resultado anterior, los partidos políticos a la izquierda del arco parlamentario no podrán vencer solamente por sí mismos a toda la derecha unida en el PP. El PSOE continua mejorando sus expectativas de votos, pero difícilmente podrá superar al PP, e incluso podría pactar con ellos a la alemana. Podemos parece que se desinfla, lentamente, pero no consigue ganar más adeptos a pesar de su estrategia milimétricamente calculada. IU ya sabemos todos cual es su situación, se encuentran en sus momentos más bajos y sin la unidad no son nada, aunque puede que obtengan mejores resultados en las próximas elecciones gracias a la prepotencia y desprecio mostrados por Pablo Iglesias hacia ellos.

Para evitar que el fascismo siga manejándonos como a monigotes de polichinela, tenemos dos posturas absolutamente contrarias. Por una parte están los eleccionistas, ellos creen que cambiando a unos políticos por otros, podemos erradicar nuestro particular cáncer fascista. En pocas palabras, depositan con absoluta confianza; incluso en algunos casos con Fe mesiánica, su futuro y el de los suyos en manos de personas a las cuales de nada conocen más allá de la TV y de lo que graznan en ella. Por otra parte, estamos los que cuestionamos el sistema en sí mismo, los que denunciamos abiertamente que participar en estas elecciones tal y como se plantean, es dar al fascismo la legitimidad que no merece. Hasta que los Borbones dejen de ser los dueños del chiringuito, todo es un circo montado alrededor del payaso real, ese que dicen está muy bien preparado para perpetrar la función asignada desde que lo parió la Sofea. Ha mi parecer, mientras que España siga siendo un reino y encima con un Borbón en el trono, nada podrá cambiar realmente en nuestra tierra, puesto que el monigote real es el nudo gordiano de aquello que también atado dejó el criminal de la gorra.

Por otra parte, no menos importante; incluso el más lerdo sabe que la esencia de la democracia es una persona un voto, aunque nuestra ley electoral se pasa por el arco del triunfo franquista tan elemental condición con sus bastardas leyes, creadas para perpetuar el gobierno de quienes ganaron la guerra. Ni siquiera la inmensa mayoría de los políticos saben como funciona esta insultante ley electoral, que como ley creada por los que mandan, solamente sirve al interés de ellos, nunca a la inmensa mayoría de la población. Ahora, para colmo de lo insoportable, los del Partido Putrefacto también quieren darnos lecciones de libertad y democracia, no paran de ladrar con respecto a los pactos para desbancarlos a ellos y que no sigan atentando. Ellos han pactado hasta con el Diablo si ello servía a sus bastardos intereses, incluso con catalanes y vascos a pesar de su odio hacia todo lo que abomine de España en la tierra íbera, hasta con los de IU (en 60 municipios en las pasadas elecciones), esos a los que llaman demonios comunistas, la hipocresía de los católicos no conoce límites oigan.

Sirven para que un malnacido como tu llegue a ser ministro.

Están usando el mismo lenguaje, la misma aptitud que sus padres y abuelos criminales; requetés, falangistas y ultracatólicos vuelven a desempolvar el Viejo Testamento, dispuestos a dar su sangre por España, aunque la sangre que siempre corre es la de los inocentes. Insultan a las personas que llevan décadas buscando a sus familiares enterrados en las cunetas, desde los púlpitos donde se posan los cuervos de la curia se escupe veneno contra homosexuales, abortistas y hasta incluso hacia quienes se divorcian o no bautizan a sus hijos, excepto para la socia del rey claro. Rajoy roba, miente, engaña burdamente y después decreta leyes propias del Bienio Negro de la II República para tapar sus inmundicias. Vende España al fascismo mundial, pone el volante del país en manos de los empresarios y banqueros, para luego escupirnos en la cara al decir "he cumplido con mi deber", todo ello gracias a la "mayoría absoluta" que es menos mayoría que la abstención.


La Iglesia recibe más de 11. 000 mill € al año directamente del bolsillo de todxs lxs españolitxs, casi 2 bill de las tan añoradas pts; con toda esa pasta se crearían empresas suficientes para dar trabajo a todxs y todo el que viniera. El 80% de las escuelas concertadas están en manos de los curas, por lo que con el dinero de todos pagamos a unos cuervos para que impartan su odio y sinrazón con todas las comodidades desde una tierna edad hasta la universidad. Dentro de estas escuelas de amaestramiento doctrinario, los curas van escogiendo a quienes más despuntan, ofreciéndoles facilidades para culminar sus estudios y saciar sus aspiraciones económicas y sociales. Tras esta criba se les prepara para ser los futuros ministros, fiscales, abogados del Estado, consejeros, senadores, profesores en sus universidades, escritores afines a la causa ultracatólica, perros de pren$A al servicio del rancio fascio español, etc... Buena parte de la cúpula pepera pertenece al Opus Dei o a Los Legionarios de Cristo, cuando no a los Caballeros de la Orden De Malta, los Propagandista Cristianos, los Kikos, los Paladines o cualquier secta propia de la baja Edad Media. Sí señorxs, los fascistas españoles nunca fueron demócratas ni nada parecido, nunca conocieron la ilustración; aunque todavía se les puede frenar, porque permitir que vuelvan a gobernar otros 4 años nos llevaría al point of no return, sería como tirarse de cabeza a una piscina sin agua, y me temo que no serán las urnas quienes decidan si comenzamos a enterrar a la bestia fascista o será ella la que nos engullirá inmisericordemente.

Esta gentuza despiadada pretende dar lecciones de moralidad. Chusma ultracatólica, sabandijas dañinas, lo peor de nuestra tierra.

En mi siempre modesta opinión, las urnas volverán a dar el Poder al fascismo, y ese Poder estará legitimado por el 70% del censo electoral, por todxs aquellxs que voten vaya. ¿No sería más legítimo que los líderes de la izquierda llamaran a la impugnación de las elecciones por ser estas remedo de democracia? El Partido Podrido se va a presentar a las elecciones gastando cientos de millones de euros, todo ello fruto del latrocinio impune y continuado; mientras que quienes aspiran a ganarles el pulso mendigan por internet y son acusados de financiación irregular vía Venezuela o Irán. La ley electoral que padecemos es un burdo insulto a la inteligencia. Un Borbón sigue siendo jefe de todos los ejércitos, garante del orden que también atado dejó el Cabronsísimo. Un Borbón cuyo primer viaje al extranjero en calidad de rey fue para ir a saludar al Papa frita en su guarida del Vaticano, perpetuando así la santa alianza entre corona y cruz. Los banqueros han dejado el país en la ruina, pero se pasean impúnemente de la mano de sus putitas de lujo a las que llaman esposas, escupiendo a los de abajo sin que estos tengan siquiera posibilidad de limpiarse el escupitajo. Pero a pesar de todo, la inmensa mayoría (el 70% del censo) sigue pensando que votar es la panacea, incluso sabiendo empíricamente que no llega ni a tratamiento paliativo. 

El rey vestido de monigote militar y su socia junto al Papa frita. Corona, cruz y espada, la sacrosanta Trinidad Hispánica.

Así que mientras el PP siga siendo más que sospechoso de latrocinio continuado y generalizado, con el cual han nutrido sus bolsillos y las arcas del partido, llegando así a las elecciones con una desmesurada ventaja con respecto a sus contrincantes. Mientras un Borbón siga siendo el garante del orden heredado del franquismo. Mientras la ley electoral siga premiando a los de siempre, vuestro voto solamente servirá para legitimar al fascismo, puesto que ellos crean las reglas del juego, y si juegas debes atenerte al resultado. Lógicamente, una vez desterrado el Borbón, no llegará espontáneamente el comunismo libertario ni nada parecido, lo más probable es que se instaure la III República. Entonces será el momento de comprobar empíricamente (otra vez) como los partidos políticos seguirán siendo igual de mezquinos, ladinos e inservibles que bajo la corona. Si la inmensa mayoría quisiera la república yo no me opondría, aunque tampoco participaría de sus elecciones, pero si algo tengo claro en esta vida tan confusa es que mientras un Borbón sea jefe de todos los ejércitos; garante del orden establecido por la fuerza, ser divino elegido por la gracia de Dios y con la bendición del Papa, nada avanzaremos en este país. Salud y Libertad.


Eduardo de Guzmán. Memorias de la guerra civil (Trilogía en epub)



Memorias de la guerra civil está compuesta por la trilogía que Eduardo de Guzmán (1908-1991) dedicó a la guerra civil y a la primera posguerra.  Los títulos que componen esta trilogía, que pueden leerse de forma independiente, son los siguientes:

LA MUERTE DE LA ESPERANZA; en él se narra la experiencia directa del autor durante los cuatro primeros días de guerra en Madrid y los cinco últimos en Valencia y en el puerto de Alicante. La reacción popular, el armamento de las milicias, el asalto al cuartel de la Montaña y a los cuarteles de Campamento, son el escenario en que estuvo el propio Eduardo de Guzmán. La salida del autor de Madrid, su llegada a Valencia y, posteriormente, el puerto de Alicante, donde sería hecho prisionero, junto con 25. 000 republicanos cierra la segunda y dramática parte del libro.

EL AÑO DE LA VICTORIA; es el mejor testimonio existente en España sobre los campos de concentración franquistas, un texto con vocación de clásico, estremecedor y grandioso sobre el campo de los Almendros y el campo de Albatera, en los que estuvo encerrado el autor.

NOSOTROS LOS ASESINOS; se inicia con el traslado de Eduardo de Guzmán y otros prisioneros de Albatera a los centros de interrogatorio y tortura de Madrid, los situados en la calle Almagro y en la calle Alcalá, donde a diario morían no pocos de los llamados a ser interrogados. 

De aquí, el testimonio se traslada a la cárcel de Yeserías y a la de Santa Rita. Durante dicha estancia, Eduardo de Guzmán fue juzgado en un consejo de guerra sumarísimo de urgencia y condenado a muerte por el delito” de haber sido redactor-jefe del periódico La Tierra, cerrado durante el bienio negro, en 1935, es decir casi un año antes de empezar la guerra; redactor político del periódico republicano La Libertad y por haber dirigido el periódico de la CNT, Castilla Libre; tales fueron las tres acusaciones. Un año después, E. de Guzmán vio su pena conmutada por la de treinta años y quedó inhabilitado para ejercer su profesión.

Eduardo de Guzmán escribió esta obra durante los años 1973 y 1976. Con algunas dificultades, los libros se editaron en el 1973, 1975 y 1976 respectivamente.


Eduardo de Guzmán. Breve Biografía


Periodista por vocación y temperamento, inició desde muy joven sus actividades profesionales en la prensa anarcosindicalista madrileña (Villala, Palencia, 1909- Madrid, 1991). Es todavía un adolescente cuando comienza a trabajar en periódicos de anuncios, y en 1930 llega a ser nombrado redactor-jefe del diario La Tierra, cargo que desempeña durante un lustro junto con Cánovas Cervantes. En 1931 publicó Sevilla la trágica.

Ocho días que estremecieron España; en 1932, España trágica; en 1933 vivió muy de cerca la historia de Aurora Rodríguez y de su hija Hildegart, drama social y psicológico sumamente emblemático sobre el que Eduardo escribiría uno de sus libros más populares, Mi hija Hildegart (Plaza y Janés, Barcelona, 1977), que serviría de base para una película modesta pero de gran penetración psicológica, dirigida por Fernando Fernán Gómez, e interpretada por Amparo Soler Leal Carmen Roldán y Manuel Galiana que encarna al propio Eduardo. 

Sus crónicas y entrevistas serán muy apreciadas en los medios obreros y anarcosindicalistas. En enero de 1937 se le designa director de Castilla libre y permanece en su puesto hasta que el 28 de marzo de 1939, cuando las tropas franquistas se encuentran ya dentro de Madrid, todavía publica su último número. 

Eduardo marcha entonces hacia Valencia y Alicante, forma parte de la enorme masa de republicanos que en los muelles de esta última ciudad esperaron una posible evacuación, para comprobar pronto su indefensión y la extrema crueldad del fascismo, pasando fortuitamente a los campos de concentración de los Almendros y de Albatera, desde donde fue trasladado a Madrid en el verano de 1939. 

Tras permanecer varios meses en lugares de detención improvisados en la capital, fue condenado a muerte, y en esta situación aguardó cuatrocientos ochenta y nueve días su ejecución, presenciando una noche tras otra las sacas de quienes se hallaban en sus mismas condiciones. Su pena fue conmutada por una condena de treinta años. Permanecerá largos años de prisión antes de conseguir la libertad provisional. Aunque había sido condenado exclusivamente por su labor periodística y en virtud de sumario instruido por el Juzgado Militar Especial de Prensa, una vez liberado se le niega la condición profesional y tiene que sobrevivir en otras actividades.

Aparte de efectuar un buen número de traducciones, escribe a lo largo de más de veinte años varios centenares de novelas de «kiosko» —policíacas, de espionaje, del Oeste, algunas de las cuales darían pie para argumentos de los eurowesterns rodados en Almería—, con diferentes seudónimos. En 1969 empieza a trabajar en AMEX (Agencia Mexicana de Noticias), y posteriormente escribe en la revista Índice considerada como «equívoca» por la oposición comunista, sin embargo sus trabajos serán irreprochables, Eduardo no entra en el juego de desacreditar esta. 

Sus continuadas colaboraciones en el importante semanario Triunfo y en mensual Tiempo de Historia (ambos animados por Haro Teglen) le permiten recobrar su prestigio. El comité de antiguos periodistas republicanos, del que Eduardo formó parte, consiguió la rehabilitación de estos en 1978. 

En 1975 consiguió el Premio Internacional de Prensa —otorgado por siete grandes revistas europeas— con el libro El año de la victoria (G. Toro, Madrid). En otro libro, Nosotros los asesinos (idem. 1976), dice en el prólogo algo que está muy presente en su obra testimonial: 

«Relato los hechos, sin acentuar la dureza, antes atenuándola, para impedir que pueda exceder la credulidad de muchos. Es posible que aún así haya quien se resista a creer posible lo que cuento (...) Nada habría resultado más grato para mí que no lo hubiera sido; desgraciadamente, lo fue para unos pocos supervivientes y especialmente para quienes murieron antes de que se desvaneciera la dantesca pesadilla».

Participa en la reconstrucción de la CNT madrileña, y su balance es el siguiente: 

«En el anarquismo ha habido cambios enormes, (…) creíamos qué íbamos a realizar nuestras ideas inmediatamente y creíamos que con una pistola se iba a hacer una revolución. Pero la guerra nos demostró, en España y fuera de España, que no era posible realizar la toma del poder contra un Estado bien organizado y, sobre todo, perfectamente armado: las barricadas no sirven de nada cuando hay tanques (…) Sin embargo, la revolución continua siendo un ideal; pero hemos tenido que sustituir la idea de poder hacerla inmediatamente y de forma violenta por una labor de educación para ver sí la revolución se hace en las conciencias y se traduce en los hechos. Creo que hoy hay más espíritu libertario que ha habido nunca. Está más difundido, más extendido». 

Otras obras suyas son: Madrid rojo y negro. La muerte de la esperanza (G., Toro), 1930: Historia de un año decisivo (Tebar, Madrid, 1973), España entre la dictadura y la democracia, La Segunda República fue así (ambos en Planeta, Barcelona, 1977), Y en un orden diferente: Esto es gangsterismo. Historias del FBI, que escribió durante 25 años, La epopeya del 0este. Historias de la Prensa, Historias de Madrid. Crónicas desde el pasado (Madrid, 1987), Sucesos de mayo (1937) (Madrid, 1987)…


Elecciones y fascismo. Germinal Esgleas


Vivimos en tiempos de hipérbole. Parece haber interés en cultivar la exageración. De manera vertiginosa se rectifican las apreciaciones sobre los hombres y las cosas, y. con el mismo aplomo, se sostiene hoy una opinión dispar a la que se mantenía ayer.

No refleja esto agilidad mental, vivacidad, sino falta de firmeza y serenidad en el juicio, ausencia de sentido crítico, inconsistencia ideológica. Se ha dicho que el temperamento español es refractario al fascismo; se ha sostenido la tesis de que España estaba como impermeabilizada ante el peligro fascista por su misma idiosincrasia. Hasta ayer se podía vivir tranquilo en tierras hispanas, seguros de contar con inmunización absoluta, frente al avance de la epidemia fascista. Algunos hechos sintomáticos: la caída del dictador Azaña y de sus compinches, la convocatoria de elecciones generales y la perspectiva de una victoria electoral de las derechas, la creación de las JONS, el desfile militar de los escamots, las conspiraciones en petít comité, etcétera, han bastado para que fueran echadas al vuelo todas las campanas, anunciando de manera alarmante el peligro fascista.

Vino la República a estrangular la verdadera revolución, la que late en el corazón del pueblo. Vino la República a hacer tascar el freno a las ansias manumisoras de miles de parias sufridos y vejados, de los que saben de la explotación infame, de la injusticia perpetua, de la negrura del hogar sin pan... Y se les trató como bestias o peor que bestias; se les molió a palos y se les llenó el cuerpo de metralla, sin que hallaran comprensión alguna, en tanto que a los otros, a los monárquicos, a los cristeros, se les hacía carantoñas y zalemas... ¿Con qué autoridad moral hablan ahora ciertas gentes de la amenaza fascista? ¿No fué fascista la Ley de Defensa de la República? ¿Acaso no fué procedimiento fascista las deportaciones a Bata, sancionadas por el Parlamento, y tantos otros desmanes del Poder público? ¿No rezuman a fascismo los hechos de Amedo, de Épila, de Jeresa, del Parque de María Luisa, cl asesinato alevoso de Casas Viejas? ¿No son de espíritu fascista leyes como la del 8 de abril, la de Orden Publico, y la de Vagos? ¿Qué garantía moral, frente al fascismo, puede representar fuerza política alguna de los  llamados partidos de izquierda, si todos son incursos en la misma ominosa complicidad?

El fascismo, como una consecuencia fatal que es del proceso de descomposición capitalista, puede echar raíces, con características diversas, en todas partes. La economía influye de manera principalísima en la vida de los pueblos y determinadas corrientes psicológicas, síntesis circunstancial a veces de lo más dispar y abigarrado, que con todo el carácter de neurosis colectiva, se propagan como contagiosa epidemia.

El amor a la independencia, su temperamento indómito, su desprecio a la fanfarria patriotera, al histrionismo; su afán de independencia económica, así como el despego por la riqueza material cuando se halla en oposición con la dignidad humana; la fiereza de su carácter; las esencias libertarias de su espiritualidad, constituyen las reservas de los pueblos frente al fascismo; pero sería error suponer que esta valla de predisposiciones adversas asegure indemnidad absoluta.

Ahora bien: error mucho mayor supondría considerar que el fascismo se puede combatir o extirpar usando de un arma política: las elecciones. El voto político es un factor absolutamente negativo como expresión de la soberanía de un pueblo donde las fuentes de riqueza están en poder de una clase. Si en abril de 1931 no hubiera habido el impulso revolucionario del pueblo en estado de máxima tensión, la Monarquía no se habría hundido. Contribuyó a hundir la Monarquía la propia burguesía, advertida, por su mismo instinto de conservación, de que con ella evitaba un peligro mayor.

Los votos de nada sirven, a no ser para bien morir, porque no gobierna la mayoría parlamentaria en las democracias, sino la banca. Esta es la experiencia de siglo y medio de lucha política parlamentaria dentro del sistema capitalista.

La democracia incuba el fascismo, le allana el terreno. El ejemplo de Italia, donde las fuerzas políticas de izquierda contaban con numerosa representación, de la que no estaban exceptuados los socialistas: el ejemplo de Alemania, con una nutrida minoría comunista parlamentaria y con mayoría socialdemócrata que han hecho posible el advenimiento de un Hitler, pese a sus decenas de diputados y millones de votantes, son harto aleccionadores. La democracia política, al dejar incumplidas sus promesas por efecto lógico de las reacciones del sistema capitalista, con el que tiene que contemporizar y al que es afín — lo es hasta cuando se llama democracia socialista —, opera en las masas populares un desencanto de ilusiones y con él una predisposición de ánimo colectiva propensa a los mayores desvaríos, cuando estas masas no saben reaccionar vigorosamente frente al pesimismo que se enseñorea de ellas, sintiéndose traicionadas y burladas.

El peligro fascista en España no lo agudiza la abstención electoral, como afirman con desparpajo los dómines políticos. Si las elecciones son un arma para las derechas, esta arma se la han facilitado las izquierdas políticas antes de la disolución del Parlamento, y ahora, con su obra y con sus actos, con su proceder y con su conducta.

Ahora mismo, los que claman contra la abstención electoral, los que califican a los apolíticos con los más bajos epítetos, son los primeros en mostrarnos su miseria moral, la ruindad de su proceder cuando disputan y no llegan a acuerdo y se presentan fraccionados a la mascarada electorera por acta de más o acta de menos a repartir en el tan codiciado como problemático botín. Cuando se dice a los obreros que al no votar hacen el juego de las derechas, no estaría por demás preguntar a los cándidos que votarán por esas fracciones o capillitas de izquierda, que por sus apetitos y concupiscencias no han sabido o no les han dejado arrimarse a los peces gordos de la política, y que están condenados de antemano al fracaso, ¿de que les habrá servido depositar su voto en las urnas, puesto que su voto no contará en la elección para nada, no habrá tenido efectividad política para empollar siquiera un diputado?

Una mayoría de izquierdas en el Parlamento no ataja el peligro fascista. O se arranca la raíz del mal que es el sistema capitalista-estatal, la psicosis autoritaria, o no se hace nada. Y no han de desviarse las masas trabajadoras. Los que piden votos presentando la amenaza del fascismo, nada harían sin contar con el pueblo el día que el fascismo de derecha, como hasta ahora el de izquierda, levantara la cabeza en España, esto suponiendo en los que tal piden una sinceridad mil veces desmentida.

Y si es el pueblo, si son las masas trabajadoras conscientes, si son los hombres de carácter progresivo, de mentalidad libertaria los únicos que hacen y han de hacer frente al fascismo de izquierda o de derecha, ¿por qué no prepararse desde ahora, y por qué no aunar las voluntades, prescindiendo de todo partido político, de toda mascarada parlamentaria? ¿Habría de repetirse el mismo error fundamental de entregar por acción u omisión a los políticos la dirección espiritual de las masas para que desde el 14 de abril acá afianzaran aquéllos la contrarrevolución, facilitando ahora también la entronización de un fascismo de izquierda frente a otro de derecha, sin diferencia esencial en su carácter liberticida? La democracia política hace ya tiempo que es cadáver en el mundo, y la República no puede resucitarla en España. Con derechas o con izquierdas en el Poder, los gobernantes procederán a estilo fascista, de la misma manera que el peral da peras y que el olmo no puede darlas.

Y para el pueblo, con impaciencia o sin ella, no habrá, no hay otra salida que la revolución social, que el derrocamiento del sistema capitalista. Prepararse para esta revolución, precipitarla, es el medio mejor, más eficaz y seguro de atajar al fascismo. Pero nada adelantaría cl pueblo si en vez de sacudirse los prejuicios en que fermenta cl morbo fascista, se los asimilara.

Crear corrientes de autoridad, es crear fascismo. Confiar en la eficacia de los votos, es dar vida al fascismo, porque si una ideología tiene el fascismo, es la ideología del Poder. 

Las elecciones del día 19, ni las de día alguno, nada resuelven. 

Es la acción enérgica de los pueblos, revolucionariamente expresada, la que deja huella perduradera en su vida, lo que evita que caigan en la esclavitud más abyecta.

El 19 de noviembre, nada ha de pasar, pero algo pasa cada día y algo, sí, puede pasar cualquier día. Y es frente a esta eventualidad perfilada cómo la voluntad revolucionaria del pueblo y de las masas trabajadoras no sugestionadas por el espejuelo político ha de accionar. Para ello, no hay que cultivar la hipérbole; no hay que vociferar todos los días, a voz en grito, que viene el fascismo, dando alas a los que viven a su sombra y en el histerismo del grito interpretan la impotencia del que lo da; basta sentirse cada uno seguro de sí mismo y todos y cada uno de los que al fascismo detestan, pensar: 

«Puede venir el fascismo. No lo tememos. Estamos alerta. Ha de topar con nosotros, y nosotros somos algo. Somos algo más que esas puras entelequias, que son los partidos políticos, sin arraigo en el alma del pueblo. Somos una fuerza positiva y no ha de ser tarea fácil reducirnos ni aplastar. No ha cambiado nuestro frente de lucha ni nuestra voluntad combativa.»

GERMINAL ESGLEAS